jueves, octubre 01, 2015

"Por la dureza de su corazón Moisés les permitió a ustedes divorciarse..." (Rumbo al Sínodo de la Familia)

Mateo 19.8: Jesús responde ante el cuestionamiento de los fariseos. ¿Qué podría hacer del divorcio algo reprobable? Si Moisés había permitido el divorcio y durante siglos o milenios esto no había cambiado, ¿por qué habría de cambiar con el Maestro?.
La contundente explicación de Jesús es desconcertante para ellos.
Le dicen: "Si tal es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse." (Mt. 19.10).
Es impresionante imaginarse la discusión y la escena, con el asombro a flor de rostro y labios de los fariseos.
Pero volvamos a las palabras de Jesús "por la dureza de su corazón..." Esa es la razón por la que el libelo del repudio era permitido darlo a las mujeres por parte de sus maridos.
La 'dureza del corazón' es una expresión que no deja lugar a dudas que el problema está justamente en el hombre, pues la Voluntad de Dios estaba manifestada desde la propia creación"...pero al principio no fue así."
De este modo, en la reflexión del Aula Sinodal, seguramente no se soslayará esta enseñanza de Jesús. Al fin y al cabo, el divorcio es el resultado de la dureza del corazón y eso contraviene la voluntad original del Creador.
Y hay más, la conveniencia, citada por los fariseos, es muy ilustrativa de lo que querían vivir.
Quizá habrá que concentrarse en una pastoral de la familia centrada en la formación del corazón de los cónyugues y los futuros esposos en el future. Dios quiera esto se 'vea' en el próximo Sínodo sobre la Familia que se realizará en Roma, Dios mediante, del 4 al 25 de octubre en Roma.
Oremos por los Padres Sinodales.