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viernes, diciembre 24, 2021
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sábado, diciembre 11, 2021
Declaración ante las sanciones a varios sacerdotes y prelados en la Iglesia en México
DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACION (TEPJF)
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF),
en su sesión del pasado 18 de noviembre decidió sancionar a varios miembros de
la jerarquía católica. Son acusados de no
respetar la separación entre la Iglesia y el Estado, su delito: exhortar a los
fieles, antes de las elecciones del pasado 6 de junio, a pedir discernimiento a
Dios para no votar por promotores del aborto y la ideología de género.
En el banquillo de los acusados están: El cardenal Carlos Aguiar
Retes, de la Arquidiócesis Primada de México, el cardenal Juan Sandoval
Íñiguez, arzobispo emérito de Guadalajara, monseñor Pedro Pablo Elizondo
Cárdenas, obispo de Cancún-Chetumal, y los sacerdotes Mario Ángel Flores Ramos
y Ángel Espinosa de los Monteros, el primero de ellos ex rector de la
Universidad Pontificia de México.
Al cotejar las opiniones y declaraciones de estos obispos y
sacerdotes con lo estipulado en el Artículo 130 de la Constitución, el cual
prohíbe “… realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o
asociación política alguna… o en actos de culto o de propaganda religiosa…
oponerse a las leyes del país o de sus instituciones…”, y considerando la
restricción impuesta por el texto constitucional, el retiro del video del
cardenal Sandoval Íñiguez por parte del INE habrá sido una consecuencia de
ello, por su referencia “a los que están en el poder”. Sin embargo, tanto este
caso como en el de los otros obispos y sacerdotes que no mencionan ni a
personas ni a partidos en sus exhortaciones, nos lleva a nosotros los laicos a
hacer una reflexión en alta voz para aportar nuestra contribución al meollo de
este conflicto, el cual no es otro que el de la libertad religiosa.
En primer lugar, no debe olvidarse que el mismo Artículo 130 prohíbe
a las autoridades intervenir en la vida interna de las iglesias. ¿No podríamos
deducir que cualquier exhortación, plegaria o publicación dirigida a los fieles
católicos referente a los principios de la moral o disciplina de la Iglesia es
incumbencia de la Iglesia misma? Lo expresado por la jerarquía o por los grupos
de laicos en lo referente a dichos principios -no olvidar la Iglesia está
integrada por clérigos y laicos- podrá eventualmente ser criticado o
descalificado por los que no pertenecen a esa comunidad religiosa, pero nunca
prohibido. Tanto el aborto como la ideología de género son contrarias a la vida
y comportamiento que debe llevar un cristiano, y los obispos y sacerdotes, como
custodios que son del “depósito de la Fe”, tienen la obligación de recordar a
sus fieles no sólo “la recta doctrina”, sino lo que tiene que ver con el
sentido de su vida.
Por otro lado, resulta paradójico que las declaraciones y
opiniones expresadas por los acusados sobre el aborto o sobre el matrimonio no
son nada nuevo, pues han sido parte de la doctrina y de la enseñanza de la
Iglesia desde su fundación, y lo seguirán siendo contra viento y marea, a pesar
de la ola invasiva de las ideologías de género y de la cultura de la muerte que
inundan las mentalidades. La pregunta que nos hacemos es ¿La Iglesia jerárquica
merece ahora una mordaza especial? ¿la libertad de expresión es sólo para los
que ostentan esas ideologías?
Los laicos católicos hacemos una atenta llamada a los magistrados
del TEPJF para que tomen en consideración lo que es propio de la disciplina
interna de la Iglesia, expresada en la enseñanza dirigida a sus fieles. Para el
resto de la sociedad que no comparte estos principios, la Iglesia -jerarquía y
laicos- anuncia y propone con argumentos racionales la inconsistencia de las
posturas que toda sociedad debe repeler como es el desprecio a la vida y la
atribución de derechos que violan otros derechos. Entre éstos está el derecho
de los padres a la educación de sus hijos, derecho que es violentado por el
adoctrinamiento ideológico de la cultura de género. Negar esto es negar la
libertad de expresión de la gozan los individuos y las asociaciones en un país
democrático.
Hacemos también un llamado a los laicos y a las iglesias para que
se sumen a esta defensa de la libertad religiosa y de expresión, la cual corre
peligro ante el acoso no sólo del pensamiento único que propagan las
ideologías, sino ahora por las instancias jurídicas.
Red de
Profesionistas Católicos, diciembre 11, 2021
Víspera
de la Fiesta de la Virgen de Guadalupe