José
Luis Ramírez Vargas
Uvalde
es un pueblo del estado de Texas, una pequeña localidad de apenas 16,000
habitantes, para la mayoría de nosotros desconocida, su población es de origen mexicano.
A partir de este 24 de mayo pasará a la historia y quedará grabada para siempre
en los anales de las tragedias ocurridas en este mundo del siglo XXI,
aparentemente civilizado. La terrible noticia llegó como reguero de pólvora a
todas partes, a todos los países: un jovencito, de apenas dieciocho años, había
asesinado a sangre fría a diecinueve niños de cuarto grado de primaria y a dos
de sus maestras en una escuela. Una “R15”, arma de alto poder, le había servido
para esa terrible e innombrable hazaña. El asesino sería luego abatido al
resistirse y agredir a la policía.
La
vida de los inocentes, arrebatada de forma violenta y sin la más mínima
justificación, es algo que todo ser humano, si se precia de serlo, rechaza,
condena y hace que el corazón se rebele ante la impotencia de un hecho
cumplido.
Las
autoridades de la Unión Americana, con su presidente a la cabeza, lamentaron y
condenaron ese trágico suceso. A esa condena se unieron también las voces de
innumerables jefes de estado, asociaciones civiles y la sociedad en general. La
tarea que queda por cumplir es ahora es enorme y retadora: cómo evitar que otra
acción así se lleve a cabo: revisión de las leyes que autorizan la compra de
armas de alto poder, una educación escolar que incluya la búsqueda de la paz y
de la convivencia social, los valores éticos y el diálogo, etc.
Este
terrible hecho nos hace voltear los ojos hacia una realidad más amplia que las
autoridades de la Unión Americana deberían tomar seriamente en consideración, y
que lejos de hacerlo, lo promueven y justifican. Me refiero a otros miles de
asesinatos de inocentes cuya muerte no ha encontrado el mismo eco que ha tenido
– con toda razón- el suceso de Uvalde: los abortos realizados al amparo de las
leyes de un país para el cual el suprimir o “interrumpir” la vida de un ser
humano que está por nacer, es sólo la consecuencia de un “derecho” que la
mentalidad narcisista, egoísta y perversa ha enarbolado como bandera.
Los
diecinueve niños asesinados en Uvalde tenían entre ocho y once años. La muerte
de uno solo de ellos merece todo nuestro dolor, clamor y respeto. Sin embargo, para
los 2,746,598 niños que hoy en día en los Estados Unidos tendrían esas edades
(1), y que no se les ha permitido nacer en su momento, no ha habido ningún
clamor, ninguna protesta, ninguna reacción, su muerte ha quedado impune para
siempre. Sólo la Iglesia Católica y las organizaciones Pro-vida, al margen del
pensamiento único que parece ganar más adeptos en ese país, no han cesado de
condenar y de pugnar por la abolición de esas leyes en los estados en donde
están vigentes.
Hoy
en día, cuarenta años después de la legalización del aborto, la Suprema Corte
en los Estados Unidos podría revertir la ley, según los documentos filtrados a
la prensa. Esto ha provocado la reacción,
como era de esperarse, de las asociaciones abortistas y de los dueños del
negocio Planned Parenthood. Dos aspectos de esta realidad – para concluir- nos
llaman la atención: una, la más trágica y perversa, es la evolución que ha
tenido en las mentalidades una ley, que ha pasado de la tolerancia en algunos
casos, a la conquista de un “derecho”. La otra es sin duda sorprendente:
cuarenta años después, persiste en muchas mentes la resistencia a suprimir
seres humanos, la humanidad no se acostumbra a matar. Ninguna ley ni tampoco
ninguna ideología podrán negar la realidad objetiva que la ciencia biológica
más básica describe como el inicio de la vida, ni suprimir la ley más profunda
inscrita en el ser humano -religioso o no- sobre el derecho a la vida.
Hoy
en día, muchos Uvaldes siguen clamando justicia.
1. Las estadísticas oficiales
son escalofriantes. Hace ocho, nueve, diez y once años, las cifras de abortos
perpetrados fueron las siguientes:
Año |
Número de abortos |
2011 |
730,322 |
2012 |
699,202 |
2013 |
664,435 |
2014 |
652,639 |
Total |
2,746,598 |
https://es.wikipedia.org/wiki/Estad%C3%ADsticas_de_aborto_en_los_Estados_Unidos