CATÓLICOS Y REBELDES
José Luis Ramírez Vargas
El artículo del periodista Jean-Marie
Guénois, del periódico francés Le Figaro (18 de Abril 2014), hace un
interesante comentario en torno a la nueva generación de católicos, insumisos
ante una buena parte de los obispos en lo que concierne a la política familiar
impuesta recientemente por el gobierno socialista. Una buena parte de la
Conferencia episcopal, liderada desde 2013 por su nuevo presidente Georges
Pontier, ha tomado sus distancias con
respecto a la “Manifestación para todos” (en contra de los matrimonios
homosexuales), lo que no sucedía antes con Monseñor André Vingt-Trois a la
cabeza, Arzobispo de París. Pero estos católicos que Guénois llama “rebeldes”,
si bien han venido participando en dichas movilizaciones no por eso concuerdan
con la filosofía de los grupos que conforman esa tendencia, provenientes, muchos
de ellos, de las filas de la derecha y la extrema derecha políticas. Estos
católicos “rebeldes” entre otras cosas rechazan
la clásica etiqueta de progresistas-conservadores, que prevaleció en la década
de 1970. Pero ¿Quiénes son? ¿En qué se inspira su catolicidad o su espiritualidad?
Para el periodista experto en temas religiosos, esa nueva generación de
católicos está alimentada de… la oración y de una nueva cultura. Según las
encuestas de los periódicos católicos La
Vie y La Croix, que él cita, ellos
consideran que su fe proviene no de los grupos tradicionales como La Acción
Católica, sino… de sus propias familias, y sobre todo de la influencia recibida
nada menos que del Papa Juan Pablo II. Es justamente la
que el artículo llama la « generación Juan Pablo II », constituida
por grupos que en la década de 1980 tenían alrededor de 20 años, y que
fueron marcados por el sesgo o matiz misionero dado a la Iglesia por el Papa
polaco, así como por su preocupación por la supervivencia e importancia de la
familia cristiana. De hecho, prosigue Guénois, los hijos de esa generación que hoy tienen entre
16 y 30 años, son verdaderos practicantes,
los cuales no van a la Iglesia los domingos por mera rutina o costumbre, sino
por una especie de reflejo social y cultural, en suma, por una necesidad
interior, más aún, algunos de ellos suelen ir a la Misa todos los días ! De
ahí que no es raro ver ahora durante la semana en las iglesias, al lado de las
viejitas, fieles éstas a su Misa diaria, a esos jóvenes con tenis, camiseta y
con cortes de pelo ultramodernos, de rodillas, sumergidos en una fervorosa devoción.
Para esos jóvenes la fe es antes que nada una manera de vivir « una
mayor cercanía de Dios », y según las encuestas, el 77% otorga a la Eucaristía un lugar
« esencial » o « muy importante » en sus vidas.
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