jueves, junio 15, 2023

¿LAS UNIONES HOMOSEXUALES, MATRIMONIO?

Foto: https://www.hcnl.gob.mx/sala_de_prensa/2018/09/integran_bancadas_legislativas.php
“Al pan, pan, y al vino, vino”, reza el famoso refrán. Se dice siempre que se quiere resaltar o hacer ver que a las personas, cosas o acontecimientos hay que llamarlos por su nombre, no sólo para evitar confusiones de lenguaje, sino por la sencilla razón de que las realidades que nos rodean y de las cuales formamos parte tienen un nombre propio que los define e identifica. Esto para comentar que resulta sorprendente la aprobación, ayer 14 de junio, por parte del Congreso del Estado de Nuevo Leon, de la ley sobre “matrimonios igualitarios”. La presente reflexión no pretende desconocer u objetar la igualdad de la que goza toda persona ante la ley, independientemente de su ideología, situación, tendencia, etc. Sólo es una modesta aportación principalmente para el correcto uso de los vocablos, lo cual no parece haberse tenido en cuenta por los señores congresistas de nuestro Estado y de otros más, que creo, han sucumbido ante la avalancha ideológica que priva en muchos ambientes. En la Antigüedad clásica latina (que estudié con mucho fervor en mi adolescencia), los romanos designaron al “matrimonio” como la institución jurídica dentro de la cual la mujer podía convertirse en madre (mater, matris), es decir, que de la unión conyugal del hombre y la mujer reconocida y avalada por la ley, resultaría un nuevo ser humano. En cuanto al sufijo “-monium”, para unos expertos, vendría de una lengua arcaica itálica llamada el etrusco, y tenía que ver con determinados actos rituales o legales. Para otros en cambio, la terminación -monium vendría de “munus, muneris”, oficio. Por lo que la palabra “matrimonio” designaría el "oficio de ser madre", así como la palabra testimonio designa el "oficio de testigo”, o bien, podría ser simplemente la terminación que tienen muchos sustantivos abstractos que se conservan en nuestro lenguaje actual de raíz latina. En cualquiera de estos casos, el término tiene que ver fundamentalmente con la maternidad, o sea, el engendrar hijos dentro de una determinada legalidad. ¿Qué objetivo o finalidad pudo haber tenido la decisión de los legisladores? ¿la igualdad de todas las personas o parejas? Asumimos que ya la tienen a partir del momento en que la misma Constitución del país y del estado se la otorga. ¿Dar un reconocimiento a las parejas homosexuales de facto? El Congreso puede hacerlo sin necesidad de recurrir a la institución que está destinada a la unión de hombre y mujer. Análogamente y con el debido respeto, las parejas que viven en la situación llamada “concubinato” gozan ya de las necesarias prerrogativas y derechos sin necesidad de establecer su unión de forma legal. ¿Se trataba de la conquista de un “derecho”? las uniones homosexuales, lo sabemos por la historia, han existido desde tiempos inmemoriales. Nuestro siglo no brilla por su progreso o avance en ese rubro. Tal vez hoy por hoy se dan a la luz del día, lo cual no es obra de ninguna legislación especial. Por otro lado, priorizar el concepto y la realidad del matrimonio hombre-mujer por encima de cualquier otra unión no es sinónimo de “conservadurismo” o cerrazón mental, por lo que podríamos añadir, que no sólo es cuestión de vocabulario, sino porque va de por medio la salvaguarda de la vida, de la posibilidad de que surjan nuevas generaciones fruto de las uniones heterosexuales. Es apostar por la única institución secular, social y jurídica que da paso a nuevos hombres y mujeres que coadyuvarán continuar la especie, y además a… pagar nuestras pensiones de retiro. Tal vez venga a colación el concepto de “Élan vital” del filósofo francés Henri Bergson en 1907 en su libro La evolución creadora. Es una fuerza interna a todo ser que origina la evolución y desarrollo de los organismos, la cual Bergson relacionó estrechamente con la conciencia. Por su parte, el historiador británico Arnold Toynbee (Estudio de la Historia) considera que esa fuerza es indispensable y decisiva para el proceso de crecimiento de las civilizaciones. Añado el colofón: la realidad no cambia a golpe de decretos. “La ideología tiene que ver directamente con el encubrimiento de la verdad de los hechos, con el uso del lenguaje para ofuscar u opacar la realidad al mismo tiempo que nos vuelve miopes.” Paulo Freire (1921 – 1997). Pedagogo y filósofo brasileño de orientación marxista. Mtro. José Luis Ramírez Vargas

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