No es confusión de los católicos las dos obras de arte: es el reclamo sensible y enfático ante la ofensa de los responsables de la inauguración de los juegos olímpicos de París, Francia.
Por: Patricia Vidal “Un poquito de cultura clásica no hace daño a nadie” argumentan los defensores del extravagante performance de la representación de la última cena de Leonardo Da Vinci ¡ah! ¡no! ahora dicen que el show LGBT tiene connotación con la obra la fiesta de los dioses de Jan Harmensz Van Bijlert. Pues bien, esta endeble justificación tampoco ayuda porque la pintura de Jan también causó polémica en su tiempo y por lo tanto, fue rechazada por su intencionalidad, pues qué casualidad que Apolo es igual a la imagen de Jesús, hasta con su halo o aureola. El mensaje de las Drag Queens no es de inclusión y respeto a la diversidad, al contrario, es una clara provocación y rechazo a los signos cristianos relevantes y significativos, una magna ridiculización. ¿Por qué no seleccionaron la pintura “el festín de los dioses” obra del renacimiento de Giovanni Bellini y Tiziano. También hay dioses olímpicos dando un festín. No, tuvieron que escoger lo polémico, para contradecir el tradicional espíritu del evento olímpico aferrándose a su ideología. La mitología griega se respeta y en lo personal me encanta. Estos Drag Queens se convirtieron en Eris, la diosa de la discordia quien actualmente no lanzó en el festín olímpico la manzana de oro para causar problemas, sino lanzaron un show perturbador. Tampoco iba en la manzana la leyenda para la más bella, sino que proclamaron la imposición de su ideología hasta iniciar no con el mito del caballo de troya (que es una belleza) sino que ahora iniciaron una real guerra que pretende derrocar al mundo católico, porque les estorba. En lo personal rechazo el performance presentado en los juegos olímpicos del 2024 de la representación de la última cena, en lo personal no lo elevo al nivel de arte, no es creativo al contrario, es ofensivo, no es majestuoso, es grotesco. No todo lo que brilla es arte. Lo siento.
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