lunes, noviembre 28, 2022

¿UNA GUERRA DE LOS NACIMIENTOS TENDRÍA LUGAR EN MÉXICO?


'


Imagen: https://www.shutterstock.com/

Por Mtro. José Luis Ramírez Vargas


“La guerra de los crucifijos”, así se le denominó en los inicios de la década pasada en Polonia, al debate suscitado por el partido Palikot, liberal y laicista, que pedía retirar la cruz de los espacios públicos, ya que, a su juicio, ese símbolo cristiano violaba los derechos a la libertad de conciencia y de religión. Sin embargo, un Tribunal rechazó la demanda presentada en ese sentido por dicho partido político. No cabe duda, como lo comentó en ese entonces la agencia Reuters, “para muchos polacos, la cruz es un símbolo tan cultural y tradicionalmente polaco como religioso” 1 . Los símbolos religiosos, nos dice la Historia, son parte esencial de la identidad de un pueblo como el polaco, en donde la fe cristiana llegó, se implantó y creció desde el siglo X, con la conversión de su rey Miecislao.

Si bien México no es Polonia, ambos países comparten algo en común, al menos de cara a un reciente suceso. Es a raíz del conflicto jurídico que se suscitó en unos municipios del estado de Yucatán, conflicto que llegó hasta la Suprema Corte. El quejoso demandaba eliminar los “símbolos religiosos”, en este caso los Nacimientos, de los espacios públicos, pues al ser financiados por el erario municipal vulneraban el estado laico y constituían un elemento discriminatorio de las libertades religiosas. Luego del análisis minuciosamente jurídico de la Suprema Corte, a saber, si lo que se planteaba era prohibir los Nacimientos durante la Navidad, la respuesta en ese aspecto fue no, la eventual sentencia no prohibiría la Navidad, ni que las personas en su ámbito privado pudieran continuar con dichas prácticas o cultos, ejerciendo su libertad de creencias y religión. Sin embargo, la decisión fue que las instancias públicas se abstuvieran de colocar signos que hagan alusión a una convicción religiosa, y de erogar recursos públicos que hagan alusión a una convicción religiosa, su labor será la de promover la pluralidad ideológica en el municipio 2 .

Sólo que, paralelamente a esta lógica jurídica, hay otra reflexión de índole social y cultural que se impone. Los Nacimientos, claro está, de origen 100% cristiano (gracias a san Francisco de Asís), si bien para los creyentes siguen siendo un memorial histórico del Nacimiento de Jesús de Nazaret, en la actualidad han devenido en nuestras sociedades secularizadas un símbolo más de las fiestas decembrinas, para creyentes y no creyentes. Podríamos decir que, en ciertos medios, son más culturales que religiosos, y para los niños, los Nacimientos en particular representan el lugar por excelencia en donde aparecerán los regalos navideños. A veces con estilos artísticos nada “naturalistas”, forma parte de la decoración decembrina como lo son los símbolos y personajes patrios en el mes de septiembre.

En este mismo rubro, el “pino de Navidad” es también un símbolo religioso adoptado por el cristianismo, pero cuyo origen se remonta a la religión precristiana alemana y de las regiones de la Europa oriental 3 . ¿También lo incluirán los ministros de la SCJN en su prohibición en los espacios públicos?

Otros ejemplos: El simpático personaje de “Santa” (originalmente Sankt Klaus) es nada menos que san Nicolás de Bari, un santo obispo taumaturgo de Asia Menor del siglo IV, cuya devoción cundió en la Europa medieval. Se le veneró en el norte del continente, y de ahí emigró a las Américas en la era moderna, en donde una empresa transnacional de refrescos lo vistió de rojo y le inventó un trineo para repartir regalos a los niños… en la Navidad. ¿Se atreverá un quejoso a presentar una demanda por la “imposición” de Santa -un santo obispo de la Iglesia Católica- en espacios públicos a la vista de los practicantes de otras religiones o de los ateos?

“Los Santos Reyes”. El relato histórico contenido en uno de los evangelios narra cómo unos “Magos de Oriente” vinieron con regalos a adorar al Niño Jesús, nacido en Belén. La tradición religiosa, primero, y luego cultural y popular ha hecho de estos personajes (tres, aunque no se sabe a ciencia cierta cuántos eran) los portadores de regalos para los niños … en Navidad. Sus figuras aparecen tanto en espacios públicos como en privados, e inclusive en algunos lugares, públicos y privados, son personificados por tres adultos (uno blanco, otro moreno y el tercero negro) para el encanto de niños que se corren presurosos a tomarse una foto con ellos, luego de recibir su “bolo”. El 6 de enero, su fiesta según el calendario litúrgico de la Iglesia, es la ocasión de festines sociales y familiares, así como de compartir la deliciosa “rosca de Reyes” ¿Podría suprimirse ese tradicional festejo de “Reyes” con lo que conlleva de símbolos y representaciones, por atentar contra la libertad religiosa e imponer su presencia a los no creyentes o de otras religiones? En cuanto a los altares de muertos, es cosa bien sabida cómo su concepción y puesta en práctica con las ofrendas que los acompañan tiene sus orígenes en la cosmovisión religiosa mesoamericana.

La evangelización de los pueblos indígenas, a partir del s. XVI, hizo que muchas de esas prácticas de los pueblos americanos de la etapa precolombina adquirieran un nuevo sentido en cuanto a la concepción de la muerte, y se fundieran en una fiesta de admirable sincretismo religioso. El 2 de  noviembre, y a menudo desde antes, los espacios públicos y privados se cubren de altares, colmados de ofrendas a los difuntos. Forman parte del ser cultural mexicano, religioso y no religioso. ¿Deberán suprimirse los altares de muertos porque su presencia en espacios públicos atenta contra la libertad de conciencia y la concepción materialista de la vida, de los ateos y agnósticos?

La lista de ejemplos podría alargarse más, así como la reflexión sobre el tema, bástenos por ahora estas breves consideraciones. Nos vienen a la mente dos opiniones. Una, del historiador franco-mexicano Jean Meyer: “En México el Estado es laico, la sociedad no lo es”. Otra, la de un destacado sociólogo de la religión: “La religión no lo es todo, pero está en todas partes”.

Respuesta a la pregunta inicial: No, no habrá guerra de Nacimientos, el Príncipe de la Paz (Isaías, 9,6) no la necesita, la Luz y la Verdad triunfan sobre las tinieblas de la mentira y la confusión.


__________________________________

1 https://www.reuters.com/article/oesen-religion-polonia-iglesia-idESMAE67L0G220100822

2 SCJN. Amparo en revisión; https://www.scjn.gob.mx/sites/default/files/listas/documento_dos/2022-10/AR-216-2022-20102022.pdf  

3 National Geographic: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/de-donde-viene-arbol-navidad_9997


No hay comentarios.: