lunes, junio 03, 2024

Cartas desde México (Parte VIII)

 


Imagen: https://isjdelasalle.edu.co/haciendo-memoria-duplicado-3657/


Nota: Pasadas las elecciones mexicana, un extranjero sigue intentando explicar los motivos o razones por los que dichas elecciones no son más que una formalidad en un país en donde poderes fáctivos dominan en el tereno y por tanto en la realidad...



     LA RESILIENCIA… O INDIFERENCIA DEL PUEBLO MEXICANO

 

¡Nuevamente con una carta Matías! Quedan pocas, pero espero resulten ilustrativas de lo que sucede en México y ayuden a entender más ciertos hechos de relevancia que en los últimos años han llegado a la opinión pública internacional, como el Caso Ayotzinapa, aquel caso del 2014 (¿te acordás?), donde desaparecieron 43 estudiantes y que al final resultó ser una compleja trama de complicidades que dieron una radiografía de la corrupción de las autoridades públicas de todos los niveles en torno a los temas del supuesto control de las bandas criminales, de los ¨competidores¨.

En fin, que este gobierno, como tantas cosas, prometió esclarecer, y simplemente palabra más o menos corroboró lo que ya se sabía del sexenio anterior… claro, faltan responsables materiales y sobre todo saber que fue de esos estudiantes… probablemente los pactos de silencio duren, como allá de los torturadores de la dictadura, muchos años o simplemente nunca se revelen.

Es un ejemplo de la impunidad y la falta de una justicia clara en un país de 130 millones de habitantes con sus enormes complejidades.

Ante tales complejidades, ante las tramas de poder y corrupción, la gente prefiere seguir adelante, quizá bajar la cabeza, hacer que no vio, que no escucho o siquiera entendió. La vida debe de seguir adelante y el mexicano medio lo sabe y debe arredrarse ante un monstruo de 1000 cabezas del que no sabe dónde comienza ni donde termina. Así, pues, quizá ante un policía, no sepas si estás ante un amigo o enemigo, dependiendo el caso.

De la resiliencia a la indiferencia quizá haya un paso en este sentido, pues llega un momento en que la gente no piensa ni le interesa hablar de todo esto, salvo que la situación esté muy cerca y en la piel casi propia. Recién cuando toca con un a migo o familiar vienen a veces los reclamos airados, las quejas las movilizaciones. Así ha pasado, por ejemplo, con los desaparecidos.

En una carta posterior se hablaré de los valientes y escasos activistas, que se ponen en la mira del crimen fácilmente.

Al principio lo de los desaparecidos fue un asunto de estigma: si desaparecía una persona es o porque estaba ¨en la jugada¨ (actividades ilícitas) o porque estaba en el lugar equivocado con las personas equivocadas.

Eso ya con miles y miles de desaparecidos, con el pasar de los años, con el incremento de los feminicidios (allí femicidios), pues ha sido tomado de otra forma. Ya hay colectivos de búsquedas de personas y muchos jóvenes ayudan de manera consciente en los rastreos.

Aún así, la mayoría es indolente: Mientras hayan recibido unos pesitos del gobierno, votarán por su candidata. Lo demás no importa. No entra en la balanza y no interesa. De hecho, al ser votaciones sin voto obligatorio, más o menos la mitad de las personas habilitadas no van a votar, pero, claro, se estarán los siguientes años quejando de todo lo que ocurre.

Así es un poco la idiosincrasia de un pueblo que solía ser simpático, pero que se ha vuelto, al menos parcialmente, siniestro. Ya no es aquel México lindo y querido del que habla la canción…

Le sigo en la siguiente carta…


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