domingo, junio 02, 2024

Cartas desde México (Parte VII)

 


Fuente: https://www.osce.org/es/countering-terrorism 


 UN TERRORISMO CRECIENTE

 

¡Hola Matías! Aquí con otra carta, en la que te contaré cómo los grupos criminales actúan como grupos terroristas.

Resulta que estos grupos suelen tener brazos armados como un grupo diferenciado del resto. Según esto, son sus mini ejércitos. Y en nada le exagero: Tienen blindados caseros (que son llamados monstros), tienen drones con los que atacan a ejército y población civil, usan minas en caminos y campos agrícolas, etc.

Se han armado y han entrenado con ex militares de élite a estas personas, a menudo con denuncias de secuestro de los sicarios reclutados (entre migrantes o personas que buscan un empleo, por ejemplo, como guardia de seguridad).

Se les ha reportado con sistemas de entrenamiento extremos, comiendo incluso carne humana o como prueba final, acuchillar o asesinar compañeros…. En fin, cosas inenarrables e increíbles, pero que se hacen por estas tierras y hasta se reportan con cierta frecuencia.

De este modo, provocar sufrimiento, generar terror y sometimiento, no es algo del otro mundo o extraño a estas personas, que no dudan eliminar a sus propios si es necesario u ordenado.

Así las cosas, a la población no le queda de otra que aceptar los toques de queda, las extorsiones o robos de todo tipo, sin decir palabra, bajando la cabeza, pues hasta una mirada firme o fija puede significar sentencia de muerte con estas personas.

El grado de terror ha llegado a grados en que el ataque con explosivos a viviendas de civiles, o plantar minas en los campos de cultivo, no se vuelve nada extraño y aumentan el terror entre la pobre población indefensa.

Retenes en carreteras, ataques en zonas turísticas y centros comerciales, lugares de comidas, etc., son adicionales al modus operandi de estos brazos armados, que suelen trabajar con área despejada y no reciben interferencia por lo general de las fuerzas de seguridad (incluida la llamada Guardia Nacional) del municipio, estado, Federación. Allí llegan después para poner cintas, acordonar las áreas y despejarlas de testigos, pero no suelen ir (ni se les ocurra) detrás de quienes cometieron las fechorías. Salvo casos excepcionales, en donde el escándalo público llega a un nivel en que hay que intervenir y con consecuencias incluso para la vida de los propios sicarios que ejecutaron a tal o cual persona.

En fin, la miseria humana en todo su esplendor; un talento inconmensurable que se pierde en las profundidades del hedor del crimen. Una pena terrible que generaciones de jóvenes así se pierdan, dejando atrás una estela de destrucción y tristeza.

Te sigo contando en otra carta lo que sigue o va de la mano con esto…


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