miércoles, junio 05, 2024

Cartas desde México (Parte X)



                                        Inagen: Captura de pantalla de video en YouTube


Nota: En medio de controversias por las irregularidades en la elección del domingo pasado, el remitente, habitante de México, sigue explicando a su amigo el conjunto de elementos que hacen del país un país dominado por el crimen en casi todos sus términos...


             ANATOMÍA DE UN PUEBLO DESESPERADO

 

¡Hola Matías! Te contaba en la carta anterior como la corrupción según esto es un supuesto beneficio para algunos, para ser una penitencia para la mayoría, aunque se la quieran mostrar de otro modo.

De todas las cosas la gente se termina cansando. Probablemente de la que más se harte o se encuentre harta es el cobro de piso. Y así la gente, los campesinos humildes, comienzan a rebelarse. Un ejemplo fue lo que ocurrió en el Estado de México, en una comunidad llamada Texcaltitlán en diciembre pasado. Allí te enterarás del caso buscando todo lo que se notició al respecto y los videos que se grabaron al respecto con el solo nombre de la comunidad.

Es más complicado para los comerciantes. A ellos simplemente les toca pagar o bajar cortina, trabajando en línea, vendiendo en línea, cosa que muchos han optado por hacer, más desde la pandemia.

Más complicado aún para los industriales o personas de otros giros.

Pero el problema radica en que -de a poco- se forma una olla a presión que en algún momento va a explotar. Allí es donde la cosa terminará en cualquier cosa para las bandas criminales, no acostumbradas a la insurrección civil.

Claro que las propias bandas criminales saben de ello y suelen regularse o autorregularse. Por ello aquello de eliminar a los que ¨hacen de más¨ con los civiles, o bien andan en el reparto de esas despensas (canastas familiares) o regalitos, o bien permitiendo que entren marcas reconocidas en territorios bajo su control sin pago de piso. Eso ha ocurrido con marcas reconocidas, que retiran a sus distribuidores de ciertos territorios para evitar vandalismo o cobros, y allí la gente presiona a los grupos criminales para que los dejen entrar.

Así, entonces, la presión social ejercida sobre estos aprendices de dictadores, a veces funciona, pero aún así se acumula la explotación y el expolio, que quizá sean los detonadores de una explosión social contra los grupos criminales.

El hecho de no poder viajar por ciertas carreteras o caminos, de no poder viajar o hacer actividades nocturnas, de bloqueos a la libertad de desplazamiento y otras restricciones a las libertades básicas, ayudan a que la clase media también esté llegando a un punto de agotamiento al respecto.

La desesperación y el hartazgo, como en 1910, conduzca a otra Revolución, pero contra los poderes fácticos de estos grupos criminales, que gobiernan a los mexicanos hoy por hoy.

Le sigo en la siguiente viendo el tema de los activistas, del que te quería comentar…


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