lunes, diciembre 08, 2014

Del Catolicismo al Islam radical





                          DEL CATOLICISMO TRADICIONAL AL ISALM RADICAL
                                                                                                                                                                    José Luis Ramírez Vargas

 

Son más que escalofriantes las imágenes del video difundido el mes pasado, en donde se observa, durante  quince largos minutos, cómo un escuadrón de yihadistas  decapitan despiadadamente al norteamericano  Peter Kassig y a un grupo de soldados del ejército sirio. A pesar de las notas de violencia difundidas cotidianamente por los medios a las que aparentemente ya estamos acostumbrados,  dicha escena está todavía muy lejos de ser trivial. Sin embargo  lo que sorprende y deja perplejos a los espectadores occidentales en este hecho sangriento,  es que uno de los verdugos sicarios  es un joven de origen francés de apenas 22 años de edad. Originario de un pueblo cercano a la ciudad de Ruán (en el N.O. de Francia), había crecido en el mismo ambiente cultural junto a muchos otros jóvenes de su generación, éstos lo describen  como un joven tranquilo, estudioso, y de familia católica. Las noticias de la guerra de Siria habrían despertado en ese joven el anhelo de venganza, a la vez, que el deseo de identificarse con las milicias del Yihad, que combaten al gobierno sirio. Esas ideas, unidas a amistades del Islam radical, formaron en su mente juvenil un “ideal” al alcance de sus posibilidades…

Apenas recientemente, las autoridades judiciales en Francia han juzgado y condenado a Flavien Moreau,  otro yihadista de 28 años,  que había regresado luego de permanecer en Siria durante varios combates. Los jueces del Tribunal Correccional de París lo han condenado a siete años de cárcel, aplicando así la pena máxima requerida por la Fiscalía. El joven, luego de pasar un breve período en la pequeña delincuencia, se había convertido al Islam, pero luego se dejó influir por las tendencias radicales hasta decidir irse a Siria, en donde pasó un tiempo al lado de los yihadistas. De vuelta a su país, fue detectado por los servicios de Seguridad, que le detuvieron.

Por otra parte, es bien sabido que Francia es el país europeo con más musulmanes, por lo que el reclutamiento de voluntarios para la Yjhad en Siria está obteniendo más reclutas. Según el primer ministro francés, en Siria e Irak combaten 580 yijhadistas franceses, la mayoría por razones obvias, de origen musulmán.

Así como ellos, otros jóvenes europeos se han sumado a las filas del Yiihad, como es el caso de los hermanos Mohommod Hassin Nawaz de 31 años y Hamza Nawaz de 24, ambos de nacionalidad británica. Originarios del este de Londres, su presencia fue detectada por la policía, y de inmediato fueron detenidos al llegar a  Inglaterra. Habían pasado una estancia de varios días en un campo de entrenamiento terrorista en Siria. Estos jóvenes fueron juzgados y recibieron una sentencia de encarcelamiento por cuatro años y medio y tres, respectivamente.

Ante estos hechos cabría preguntarse ¿qué es lo que empuja, motiva o impulsa a estos jóvenes a simpatizar con el islam radical, primero, y luego a dejar su país, su familia y su entorno, para  afrontar los peligros y miserias de una guerra absurda en tierras lejanas?  Nuestra reflexión apunta a tres factores:

-          La descristianización. Las nuevas generaciones han nacido y crecido en un ambiente laicizado, o antirreligioso, en donde el catolicismo ha sido marginado progresivamente de todos los ambientes: la familia, la escuela, los espacios públicos, etc., las tradiciones de origen cristiano se han secularizado o han perdido el mensaje de sus contenidos. Para la mayoría de los jóvenes, el cristianismo ha pasado a formar parte de los museos. El deseo de  ideales o de valores  los apremia a la búsqueda de los mismos en la oferta esotérica, o en el cada vez más omnipresente Islam.

 

-          El materialismo. El prodigioso desarrollo de las tecnologías, a la par del estado del bienestar, han ido conformando una mentalidad en donde no tienen cabida ni la espiritualidad ni el desarrollo de la vida interior, realidades muertas en aras de la solución inmediata que proporciona el avance de la ciencia y la técnica modernas.  Paree ser que el tener y tenerlo todo a la mano no satisface los espíritus de muchos jóvenes que prefieren afrontar riesgos fuera de ese ambiente,  y colmar el sin sentido de vivir que no les proporciona lo material.

 

 

-          El hedonismo. Ahora más que nunca, el placer en todas sus dimensiones, es valorado y encumbrado como un logro a alcanzar a cualquier precio: la belleza corporal, la alimentación, la satisfacción del deseo sexual, los cuidados para prolongar la juventud, etc. En suma, la imagen del hombre vuelto hacia sí mismo, víctima de un narcisismo acelerado, no ha logrado satisfacer los espíritus ni a dar sentido al deseo innato de amar, de dar la vida, de donarse sin esperar nada a cambio. ¿El joven que se alía con las milicias que combaten a un gobierno dictatorial, para luego compartir su odio irracional, no es acaso el pálido reflejo de esa búsqueda de entregar su vida por un ideal que no ha encontrado en ningún otro espacio?

El discurso reciente del Papa Francisco en el Parlamento europeo sorprende por su diagnóstico y tino: Europa debe redescubrir sus raíces cristianas, si quiere conservar su identidad cultural y política. Parafraseando la idea del célebre escritor francés André Malraux, podríamos decir: “Europa en el siglo XXI será cristiana, o…  no será”.