lunes, junio 22, 2015

El despotismo de la Corte

¿Cómo es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación dice en https://www.scjn.gob.mx/Primera_Sala/Tesis_Jurisprudenciales/TESIS%20JURISPRUDENCIALES%202015_PRIMERA%20SALA.pdf (p.89) que
"Como la finalidad del matrimonio no es la procreación, no tiene razón justificada que la unión matrimonial sea heterosexual, ni que se enuncie como "entre un solo hombre y una sola mujer"?

Esto, dado a conocer el viernes siguiente a las elecciones en 9 Estados, con numerosos incidentes delictivos y con Copa América (hay que también mencionarla, aunque no sea muy decoroso) de por medio, ha desconcertado hasta el más osado y bizarro.
¿De dónde saca estas afirmaciones la Corte? ¿Cuáles son los estudios, investigaciones, sustento histórico -al menos- de todo esto?
Así, de un plumazo, la SCJN en medio de la nada en México declara que miles de años de experiencia de la Humanidad ya no sirven; van a la basura. Que matrimonio significa lo que digan los señores y señoras que integran ese respetable Cuerpo, lo que ellos dicen que significa (¿no vieron la definición de la palabra en el Diccionario de la RAE?).
Esto es grave, muy grave. Es como decir: A lo que le dicen Luna ya se llamará solo satélite y como todo lo que gira en torno a la Tierra es satélite, no haremos distinciones porque es discriminatorio.¡Ah, qué Corte!.
¿Cómo creen que el mundo pervive sino es por la procreación que se da a partir de un matrimonio, sea o no constituído legalmente? Aún queriendo sacar niños solo de un óvulo o un espermatozoide no se puede. Tienen que haber dos células complementarias, en la que una fecunde a la otra.
La naturaleza es complementaria y distingue (no quiero usar la palabra 'discrimina' porque termina siendo un cliché, una palabra 'coco' que descalifica prejuiciosamente todo razonamiento aunque sea el más coherente).
En sus leyes distingue aunque no queramos, y nosotros como Humanidad queremos ir contra ella. Queremos ir tanto contra ella que queremos abolirla con la pantalla de "resignificados".
Pero recordemos que no por nada estamos enfrentando un reto terrible ante una naturaleza que se defiende de nuestros embates antojadizos.
O nos decidimos a respetar la ley natural o las consecuencias serán terribles para nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos.
¿Que queda por hacer? Resistir a esta jurisprudencia dogmática sin bases ni sustentos y a todas las leyes que de ellas devengan como injustas.
Y buscar una reforma constitucional que permita que la SCJN tenga las prerrogativas para cambiar elementos sustantivos del ordenamiento legal en el país sin importarle el punto de vista de los Estados y su genunina autonomía legislativa.


Dr. Daniel Sanabria