viernes, junio 18, 2021

Un gran desagravio al Sagrado Corazón de Jesús

 

Imagen:https://es.wikipedia.org/wiki/Siervas_del_Sagrado_Coraz%C3%B3n_de_Jes%C3%BAs_de_San_Jos%C3%A9#/media/Archivo:Villemanoche-FR-89-%C3%A9glise-s30.jpg 


El mes de junio tradicionalmente se ha dedicado en las últimas centurias al Sagrado Corazón de Jesús en la Iglesia Católica. Un mes en el que se venera a aquel que nos dice  "aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mt. 11,29).

Esta humildad del Corazón de Cristo contrasta con el proclamado Mes del Orgullo, que ciertamente es orgullo por el pecado, pues sabemos que las conductas sexuales que van asociadas a estilos de vida alejados de la unión hombre-mujer, querida por Dios como fundante de proyectos de vida y familia, son intrínsecamente desordenados.

Esta mansedumbre del Corazón de Jesús, contrasta con la virulencia con la que colectivos y grupos de activistas suelen reivindicar supuestos derechos, apuntando y etiquetando de manera constante y por lo general agresiva a quienes se oponen a sus reclamos por sus convicciones, ya sean morales y/o religiosas.

Es por esto que en este Mes, más que nunca, debemos de desagraviar este Amor que arde por todos los hombres y mujeres de este mundo, sea cual sea su condición. Este Amor que "reclama" amor desea que su amor de entrega sea correspondido.

Su Amor nos pide la renuncia al pecado, a todo pecado. La única diferencia está entre pecado mortal y venial. No hay pecados más mortales que otros, aunque es verdad, hay algunos agravados por las circunstancias en que se dan.

Es un Corazón que no muestra el Amor de un Dios que es Padre y pide a todos el retorno a la Casa Paterna, desembarazándonos del embaucamiento del enemigo, que hace aparecer lo malo como bueno y lo bueno como malo.

Debemos orar y reparar.

No está de más recordar lo dicho por este Corazón Amoroso a Santa María Margarita Alacoque:

“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y en cambio, de la mayor parte de los hombres, no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este Sacramento de Amor”. 

 Así, Cristo nos enseña dónde debemos de reverenciarlo y desgraviarlo: En el Santísimo Sacramento, o sea en la Eucaristía, en la Misa. Esto es ineludible en este Mes, más que nunca, pues la miasma del pecado se vuelve más y más atrevida, queriendo apagar estas llamas de Amor n nuestros corazones. No lo permitamos ni en nosotros ni en nuestros próximos.



sábado, junio 05, 2021

USOS Y COSTUMBRES: DEPURANDO TRADICIONES

 

Imagen: Wikimedia Commons


Un tema que en las últimas semana fue objeto de debate público en México fue el referido a la venta de niñas en algunos pueblos originarios como parte de sus usos y costumbres.

Los usos y costumbres suelen ser respetados y fuente incluso de legalidad en dichos pueblos, pues tiene que ver con sus tradicionales formas de organizarse y a veces hasta autodirigirse. De modo que no debería de extrañar que a veces hay diferencias entre la legislación vigente con la que rige estos pueblos, incluso en los hechos.

De este modo se preservan tradiciones y costumbres ancestrales, que se transmiten de generación en generación, y que suelen ser cadena que permite la no extinción de estos pueblos ante la vorágine globalista.

En ese sentido son positivos estos usos y costumbres. Hay mucho de bueno de ellos y no creo haya discusión al respecto.

Pero la cosa cambia cuando se trata de usos y costumbres contrarias a la dignidad de la persona. 

Allí debe de primar la dignidad antes que la tradición. Por más milenaria o arraigada que esté, no quiere decir que esté o bien o sea correcta, o sea aceptable a la luz de la condición humana.

No es aceptable tratar una niña como una vaca o un arado. No es admisible no ahora ni nunca, pues va contra el valor intrínseco de la vida humana.

Tampoco es admisible, quizá menos aún, que esto suela ocurrir en esquema de matrimonios arreglados entre los padres, sin siquiera preguntar a sus hijos, muchas veces sin conocerse.

Ergo: Deben de pasarse por el cernidor éstas y quizá otras prácticas que hacer creer a algunos que son dueños de personas y/o que pueden definir el futuro de la vida de una persona (aunque sea un hijo) por un pedazo de tierra o por un tractor.

Este debate, que tomó estado público, como otros tantos, en medio de la refriega electoral, pasó a segundo plano. Pero en verdad es un tema a analizar con seriedad y tomar decisiones que permitan implantar un respeto irrestricto a la dignidad humana en ciertas comunidades en que se despoja de la calidad de persona sujeto de derechos (y deberes) a menores de edad por intereses mezquinos, y que en realidad se aprovechan o escudan en tradiciones centenarias o milenarias para hacer lo que les da en gana.