viernes, mayo 20, 2016

LA INICIATIVA DE LEY PARA LOS “GAYMATRIMONIOS” O EL PRESIDENTE AL RESCATE DE SU IMAGEN


Mtro. José Luis Ramírez Vargas
Coordinador de la Red de Profesionistas Católicos

 
Sin mucha sorpresa la sociedad mexicana recibió el anuncio de la iniciativa presidencial para reformar los códigos estatales en favor de la “no discriminación” y el “derecho” extensivo para que las uniones “gays” accedan al reconocimiento de matrimonio al igual que las parejas heterosexuales. Esta noticia nos lleva a hacer un par de reflexiones que conciernen tanto a la iniciativa  en sí, como al promotor de la misma.

1.     El fantasma de los “derechos humanos” –entiéndase cualquier cosa- recorre los países occidentales, como lo hacía el “fantasma del comunismo” por a Europa del siglo XIX, en palabras de Karl Marx. Así hoy en día la iniciativa presidencial se inscribe en el marco de lenguaje “políticamente correcto”. Los “derechos” de las minorías son cacaraqueados por doquier sin la mínima reflexión crítica sobre su validez, licitud, alcance, etc. Es más “correcto” pasar por el promotor de “derechos” que “limitador” o inclusive enemigo de los mismos.

2.     La iniciativa presidencial nos recuerda la “aplanadora” priísta de hace 40, 50 ó 60 años. La soberanía de los estados y las innumerables voces que han surgido para que dicho proyecto de ley sea revisado –desde que el Tribunal Superior de Justicia se manifestó a favor este año- , son ignoradas por la decisión de un presidente más proclive a escuchar “criterios jurídicos de instancias internacionales” y por el deseo de rescatar la imagen que ha perdido ante la sociedad mexicana que la voz del pueblo que lo eligió.

3.     Es una iniciativa que usa una supuesta defensa de las minorías para ocultar los graves problemas del país, como son la inseguridad y la corrupción que su gobierno no ha podido detener. Los mismos diputados y senadores han expresado que dicha iniciativa no tendrá prioridad, sino que seguirán con la agenda acordada anteriormente.

4.     Es una iniciativa que sigue la misma línea de irreflexión sobre la naturaleza del matrimonio. Hay muchas voces que se han cansado de repetir que la antropología milenaria ha marcado de tal forma a la naturaleza humana que la pareja hombre-mujer no es una “ley” decretada, sino que se inscribe en el ser mismo del “anthropos”, para la continuación de la especie,  el equilibrio y armonía psíquica. Las leyes, desde tiempos remotos, no han hecho sino asegurar y proteger dicha unión, de donde ha surgido el término “matrimonio”.

5.     La exclusión del matrimonio a otras parejas de facto no es una discriminación, sino que deriva de la naturaleza misma del matrimonio.  Tildar al matrimonio hombre-mujer de discriminación y afirmar por lo tanto que debe estar “abierto” a otras parejas que “se aman”, nos lleva por lógica natural a considerar que cualquier tipo de pareja debe ser incluido , so pena de ser discriminado: las uniones que buscan los pedófilos, las incestuosas, o entre varias personas, etc. En ese sentido toda ley es de facto “discriminatoria”.

6.     Innumerables asociaciones, ONG, e inclusive la Iglesia, han promovido la no discriminación hacia los homosexuales, discriminación que es mucho más patente y grave en los ámbitos  laboral, de salud y de educación. Por lo que no hay que confundir la defensa de la naturaleza del matrimonio con la discriminación.

7.     Las uniones homosexuales de facto siempre han existido desde la antigüedad,  aunque no de forma generalizada, en muchas culturas y civilizaciones de la antigüedad, lo mismo que la otras formas de convivencia, inclusive la unión monogámica ha tenido sus variables a lo largo de la historia, pero el progreso de la humanidad ha llegado a reafirmar y consolidar la unión hombre –mujer como salvaguarda de la sociedad, y las culturas han visto que  esta forma de unión está en armonía con los elementos esenciales e inmutables de la naturaleza humana. Tomando la palabra natural en su sentido pleno, podemos afirmar que la monogamia es la única forma natural de matrimonio. De esta manera podemos afirmar que el matrimonio hombre-mujer es la forma más avanzada que la humanidad ha logrado consolidar. Tratar de restablecer otras formas de unión como “matrimonio” sería volver al pasado de las civilizaciones.

8.     ¿El Ejecutivo será capaz de rectificar su decisión? ¿será capaz de escuchar a la sociedad?