jueves, abril 19, 2012

Sí a Benedicto XVI, no al Cisma.




Las semanas que corren no son nada fáciles para el Santo Padre. Como bálsamo han llegado las visitas a México y Cuba, con sus calurosas acogidas, y luego su cumpleaños y este 7mo aniversario de su elección como Sucesor de Pedro que HOY celebramos.
Y es que entre los rumores de un atentado contra él y de supuestas rencillas entre jerarcas vaticanos, ha surgido desde el año pasado una fuerte corriente de sacerdotes austríacos, que se ha extendido a otros países como Irlanda, que está llamando a la desobediencia y planteando una 'reforma' de la Iglesia que no va más allá (según el caso) de ir en contra de enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, de la disciplina eclesiástica, e incluso en contra de las propias enseñanzas de Cristo a su Iglesia.
Nosotros queremos llamar sencillamente a todos los que nos lean a que digan un SI enorme a Benedicto XVI, en lealtad a su guía petrina, y un NO enorme a quienes están intenando fraguar un Cisma. Lo queremos denunciar claramente porque en esa dirección va la cosa.
Pero Dios es más grande y más fuerte. El es dueño de la Iglesia, Cristo su Fundador y El aseguró a sus discípulos que "las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella" (Mt. 16,18).
Por ello, para evitar un Cisma en la Iglesia es urgente:
- Orar, orar y orar más (participación eucarística, liturgia de las horas y rosario, oración personal y comunitaria).
- Hacer penitencia, sacrificios y ayuno para que se conviertan los cismáticos.
- Orar mucho por nuestros Pastores, en especial por los cismáticos y los tentados a unirse a ellos. "Heriré al Pastor y se dispersarán sus ovejas" (Mt 26,31; Mc 14,27; cfr. Zach 13,7), dice la Escritura; pues por allí está la estrategia del diablo para que ello ocurra.
Es urgente todo esto para evitar algo que sería de terribles consecuencias para millones de almas. Es necesario que hoy más que nunca supliquemos por la Iglesia y por el mundo, para que la Misericordia de Dios (la hemos festejado hace pocos días) se prolongue entre nosotros.


Dr. Daniel Sanabria, RPC y RLCDP

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