viernes, abril 13, 2012

Los sacerdotes rebeldes...deben vivir la Pascua de Jesús

Los medios de comunicación, mundiales y locales, destacaron este Jueves Santo pasado la homilía del Santo Padre Benedicto XVI, haciendo referencia a los sacerdotes austríacos que han llamado a la desobediencia a través de la denominada "Iniciativa Pfarrer". Desobediencia que se traduce en rechazar abiertamente la disciplina de la Iglesia en cuestiones tan diversas como el celibato sacerdotal, el sacerdocio de las mujeres, la aceptación de parejas del mismo sexo y la comunión de los divorciados vueltos a casar.
Con esta presión pretenden lograr cambios en la Iglesia, pretenden la 'reforma' de la Iglesia.
Pues es lo que piensan, olvidándose que las verdaderas Reformas de la Iglesia han pasado y pasan por la mayor fidelidad a su Fundador, Cristo. Y es que la Iglesia, aunque somos todos los bautizados, no es 'nuestra' en el sentido directo. En realidad es de Cristo, porque "sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella" (Mt. 16,18).
Quizá les falte oración y espiritualidad (no creo que formación intelectual) para aquilatar que la Iglesia es de Él y por Él sigue adelante, no por sus obreros, que somos muy deficientes por cierto, salvo honrosas excepciones.
A esto párrocos- creo desde mi óptica muy personal- les falta vivir la Pascua de Jesús, a la que se llega por el camino de la oración, la pobreza, el sacrificio y la humildad.
Esta Pascua es gozo, es alegría y deseo intenso que todos se salven acercándose al Resucitado, acogiéndose en sus hermosas Llagas glorificadas.
Les falta vivir ese Paso que quizás, o sin quizás, les hará ver que lo que intentan discutir o disputar con Pedro es nada ante el Amor intenso de la Trinidad que quiere hacer arder a toda una humanidad perdida y sin rumbo, alejada de Él y su Creación, que gime y sufre en esa lejanía de Él.
Esto es lo importante y que la Iglesia debe asumir: Cómo ponerse más hermosa para su Fundador, amarle más y amar más por amor a Él -que se dio al extremo por ella- a todos los hombres y mujeres de esta tierra, especialmente a los que tienen hambre y sed, están enfermos y en la cárcel, porque por cómo nos comportamos con ellos, va a ser el juicio personal y final para nosotros.

Dr. Daniel Sanabria, Iniciador y Coordinador de la RPC

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